NC-arte presenta Entre espacios la primera exposición individual del artista coreano Do Ho Suh en Colombia. La muestra explora el concepto de pasaje y de los espacios liminales que se ocupan de las condiciones de intimidad y de lo público. El corredor se convierte en el protagonista de la exposición y da forma a la gran escultura de tela y a la video-instalación in situ que ocupan la parte central del espacio. Los pasillos o corredores se han entendido como lugares de tránsito que permiten ir de un lugar a otro pero que no acaban de convertirse en espacios completos. Su característica es precisamente este estado liminal que se define por la indeterminación, la ambigüedad, la hibridación y lo intermedio. En este sentido, igual que los umbrales, los pasajes han sido material de estudio de varias teorías de la antropología y la sociología.
El concepto liminalidad es una noción tomada de Arnold Van Gennep –etnógrafo francés del siglo XX– y alude al estado de apertura que describe la fase intermedia de un tiempo-espacio tripartito, en el que se parte de un lugar para ir a otro a través de un tercer vehículo (preliminar, liminar, postliminar). Dicho término se asocia a menudo con ritos de paso: acontecimientos que cambian la vida o situaciones fronterizas que implican consecuencias de permuta. Curiosamente para Do Ho Suh el corredor es una metáfora de la evolución de su identidad y de su propia historia; se convierte en un cronotopos –unidad de espacio-tiempo indisolubles– donde el dentro y el fuera, el pasado y el futuro se diluyen.La liminalidad también ha sido analizada en la literatura post-colonial y los estudios culturales para hablar de un cuerpo en la frontera, dividiendo esferas distintas, identidades o discursos. Aquello que ocurre en estos espacios exentos de jerarquías que permiten que otro tipo de relaciones sucedan. En ese sentido, Entre espacios muestra en primicia dos vídeo-instalaciones concebidas para NC-arte, que analizan la relación directa entre el individuo y el espacio, preguntándose sobre los espacios íntimos como posibles arenas para el desarrollo de intercambios sociales. Al artista le interesa especialmente entender cómo operan las relaciones humanas en lugares que a priori entendemos como privados y qué dinámicas se dan cuando estos se tornan abiertos y públicos.
A la escultura del corredor y a las video-instalaciones se suman algunos dibujos y unos objetos encapsulados en cajas de luz. Do Ho Suh entiende los espacios domésticos como cuerpos llenos de memorias, recuerdos y connotaciones específicas. En los sutiles diseños en bolígrafo sobre papel titulados: Seoul Home/New York Home, Paratrooper, The Perfect Home, Seoul Home/L.A. Home, observamos como “la casa” deviene un personaje capaz de sentir emocionalmente lo que sus habitantes perciben y desean.
Del mismo modo, el artista coreano le concede a los objetos que componen los espacios arquitectónicos una calidad diferente. Descontextualizándolos de su lugar común al extraerlos de los pasillos y las paredes, los radiadores, los enchufes, los pomos de las puertas, los extintores –entre otros– se convierten en elementos con otras capacidades narrativas. Efectivamente, ya no están como decorado de una escenografía del habitar, sino que nos obligan a mirarlos con distintos ojos, descifrando su naturaleza y belleza propia. En cierta medida, estos objetos cotidianos poseen una historia, una mitología y una dimensión simbólica vastísima. Sin duda, hablan de nosotros como catalizadores de memoria y recuerdos, revelando una determinada condición y modo de vida. Podríamos decir que el acercamiento de Do Ho Suh hacia los objetos responde a una subjetivación donde el artista se muestra y a la vez se esconde. Entre espacios presenta un compendio de trabajos espaciales que articulan un discurso sobre la intangibilidad de lo que queda, la memoria de lo que se ha vivido y la ilusión que proyectamos de esta. Nos permite mudar la mirada y ver más allá de lo que creemos percibir.
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